Panna cotta con sirope de frutos rojos

Saludos desde mi nido de mantas y cojines.

Espero que a pesar del tiempo hayáis tenido un buen fin de semana y hayáis cargado las pilas para empezar con ganas el lunes. La verdad es que para mí se ha ido tan rápido como llegó, al final no he hecho ni la mitad de lo que pretendía; aunque visitando mi tienda de tés favorita (Valle, en la calle San Bernardo) encontré  algo que llevaba buscando bastante tiempo: flores de té: unas bolitas que al echarlas en el agua caliente se abren mostrando una flor, que la verdad queda preciosa (y en este caso son de un té con jazmín buenísimo).

 La tarde  de hoy ha sido más sosegada: me he pasado la tarde planificando los futuros posts del blog, leyendo y cocinando tranquilamente, es decir, un domingo de lo más apacible.  Aprovecho para deciros que me hace muchísima ilusión haber recibido tantas visitas al blog, y que os estoy muy agradecida a los que lo habéis compartido ;)

Hoy os traigo un postre que descubrí por primera vez en mi viaje de segundo de bachiller a Italia: la panna cotta. Para los que no  lo conozcáis, es una especie de flan de nata con un toque de vainilla. Es perfecta para servirla como postre porque no se hace nada pesada y tiene un sabor y una textura suaves y  no es nada empalagosa; o para merendar (yo de hecho me he tomado una hoy). Se puede acompañar de sirope (normalmente de fresa o de frutos rojos ,de lo que también os dejo mi receta), o de un coulis y fruta fresca. Ojalá os guste tanto como a mí:

Ingredientes:

Para la panna cotta

-250 ml de nata líquida

-125 ml de leche

-2 cucharadas de azúcar

-2 cucharaditas de esencia de vainilla

-3 hojas de gelatina

Si os apetece podéis añadir además 100 gramos de chocolate blanco troceado

Para el sirope

-125 gramos de frambuesas/arándanos/grosellas/fresas…

-2 cucharadas de azúcar glass tamizado

Preparación

-Sumergimos las hojas de gelatina en un cuenco con agua fría unos 5-10 minutos hasta que se ablanden.

-Ponemos al fuego en un cazo pequeño la nata, la leche, el azúcar y  la vainilla (y el chocolate si lo fuéramos a echar). Removemos unos minutos hasta que la mezcla hierva (o se haya fundido el chocolate).

-Escurrimos la gelatina para eliminar el exceso de agua, apartamos el cazo del fuego y la añadimos, removiendo hasta que se haya disuelto por completo.

-Vertemos el líquido en los moldes/ recipientes que queramos y dejamos enfriar en la encimera unos 30 minutos. Pasado ese tiempo los metemos en la nevera cubiertos con papel film mínimo 4 horas, o toda la noche.

Estas cantidades dan para unos cuatro cuencos de los redondos (foto de arriba), incluso 5 si no se llenan mucho (OJO: si queréis desmoldarlas es mejor usar moldecitos adecuados para ello o bien los de aluminio, de usar y tirar).

Una vez hecho esto vamos a preparar el sirope:

Yo he preparado dos distintos: uno con arándanos, más dulce y otro con grosellas, que le da un punto más ácido (OJO: si se usan grosellas se debe añadir una cucharada más de azúcar glass).

-Ponemos los frutos en un cazo (las grosellas hay que separarlas del tallo, se hace muy bien pasando un tenedor de arriba a abajo), le añadimos el azúcar glass y un dedo de agua. Disolvemos el azúcar en el agua y ponemos a fuego fuerte, removiendo y aplastando los frutos con una cuchara de madera. Lo dejamos en al fuego hasta que se nos quede un líquido parecido a un jarabe.

 -Lo pasamos por un colador y ya tenemos listo el sirope.

Podéis servir las panna cottas directamente en un cuenco, o desmoldarlas. Para ello meter los moldes unos segundos en agua caliente (cuidado que no entre agua), pasáis un cuchillo afilado por el borde y los desmoldáis en un plato.

Ahora sólo os queda decorarlas con el sirope cómo más os guste.

No es un postre nada difícil, ¿a qué no?, lo único es que necesita tiempo para solidificarse. Yo las suelo preparar la noche anterior, y si el sirope se ha quedado muy denso al enfriarse lo meto unos segundos en el microondas, lo remuevo y queda perfecto.

Mi receta la saqué del libro 365 recetas de chocolate, de Jennifer Donovan (Barcelona 2008). En él podéis encontrar todo tipo de dulces con chocolate de lo más apetecibles.